Existen días duros, de aquellos que solo habías creído ver en alguna que otra película, leído en novelas de guerra, de intriga, policíacas, de amor por supuesto, días en que los protagonistas veían alejarse a alguien a quien querían, quedarse ahí plantados, a la espera de mil enemigos imaginados, uno había leído crónicas de almas perdidas en la tristeza, de breves gotas de agua pugnando por brotar a torrentes de los ojos de quien solo se limitaba a dejar que su corazón latiera con mas fuerza, tanta que creía que atronaría el mundo entero, días en que las fuerzas para gritar eran tan grandes, que lo hacían en silencio, solo escuchadas por la propia alma, días en que sencillamente vivías sin vivir.
Palabras que se susurraban en la distancia, lamentándose no haber tenido el coraje suficiente para que se escuchara en todo el confín del universo, un universo que solo era de dos, miradas que se perdían en un atardecer, en sentir como se escapaba del embrujo de tu otra compañera de soledad, la noche, aquella que tantas y tantas veces deslumbraste con susurros en un oído cercano, en ese placer que te causo una piel que solo habías imaginado y que ahora, en ese momento, se te permitía conocer, recuerdos de un millón de instantes que conformaron tantos y tantos sueños, deseos nunca satisfechos ante el hambre que despertaba una simple sonrisa en sus labios…
Están esos días, los mas intensos que tendremos jamas, los que nos dejan el recuerdo de cicatrices aun por curar, cicatrices que ocultamos durante un tiempo, quizás solo una vida, pero que en otras, no nos avergonzamos de ellas, y quizás, con la escuela que nos da ver otros amaneceres, la compañía que la noche nos abriga el alma, todo ello, consigue que nos descubramos, que nos atrevamos a enseñar quizás hasta orgullosos de ellas,para que sepas, para que sepan, como llegamos a intentarlo.
Están esos días, aquellos en que el tiempo es el otro enemigo a combatir, el que crees que quizás sea el mas cruel de todos con lo que te enfrentas, el que camina lento a tu lado en la pena y que olvidas su presencia en la felicidad que consigues.
Pero hay otro enemigo que sale, que aparece en el ring del momento, que surge sin llamar la atención, sin que medie provocación alguna, salvo quizás que la vista de uno mismo, se detenga en un rincón concreto… la memoria.
Maldita y poco oportuna memoria, que nos recuerda aquel instante que vivimos, el sabor de aquel pliegue soñado, anhelado en mil y un sueños anteriores, besos robados a labios que deseaban ser robados, palabras dichas en susurros, rincones y mas rincones, instantes que creías haber dejado atrás, momentos que vuelves a recordar y cierta parte del placer que te ocasionaron, recuerdas aquella calle, mientras caminabas y tu mano iniciaban un juego con sus dedos, las luces que os acompañaban en la larga noche, antes de llegar a… donde quizás los sueños ya no eran tan imposibles.
Existen días duros, trágicos y llenos de humedades que amenazan anegar tu alma, pero no tanto que no seas capaz de romper, porque a cada atardecer que pudieras sufrir, siempre recuerdas que puedes tener un nuevo amanecer, que mereces mas amaneceres, quizás incluso otros nuevos atardeceres y que nunca desistirás de contemplarlos, que nunca te rendirás.
Porque detrás de cada día duro, de esos que ansias gritar y aullar al cielo…
Esta el placer de saber de el, de ella…
De quien ya es…
Un nuevo amanecer.
Así es.. días duros y nuevos amaneceres, y los que nos quedan por vivir.
Me encantan tus entradas Jordi.
Por muchos nuevos dias más..
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La memoria, aliada y enemiga al mismo tiempo
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Tal cual¡¡¡
Gracias
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Muy bueno. Y muy cierto.
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Gracias
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El tiempo y esa memoria que nos delata!! Grandes conceptos trufados con un toque de sensualidad !!Enhorabuena Jordi !! 👏👏👏
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Excepcional. Me identifico muchísimo, el texto llega justo en unos mis dias duros y me siento muy identificada.
Gracias, eres tan asertivo siempre. ❤
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Poco puedo responder a un elogio asi.
Pero si lo precisas…no solo puedo escribir, tambien puedo escuchar.
Un beso.
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Siempre es inspirador leerte, casualmente estoy pasando por varios de esos días duros, a veces no tengo ni fuerzas para escribir unas letras, pero hay que continuar, sentada no resolvere nada.
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Asi es, y te agradezco aun mas si cabe el hecho de que me leas y encuentres animos en mis letras, con diferencia este seria el mayor elogio para alguien, como yo, que escribe para volcar sus dudas, dias raros, duros si cabe en alguna ocasion.
Gracias por todo y solo desearte animo, porque caer es habitual, pero levantarse siempre ha de ser obligado.
Un abrazo
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Tienes toda la razón, aunque nos cueste, pero vivir es obligatorio y debemos hacerlo de la mejir manera y con mayor enteresa, un beso grande, si lo deseas puedes buscarme por el face, también tengo un grupo de arte, gracias por todo, que sigas cultivando éxitos
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No suelo entrar en el facebook la verdad, pero prometo pasarme a mirar, eso fijo.
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