Hoy, en una de esas conversaciones que surgen en ocasiones, sin saber el como, me has preguntado si ya la había olvidado…
Y no, a pesar de todos los consejos, a pesar de todas las experiencias que me has contado, propias y ajenas, de la facilidad de borrar el rastro digital en el cual estamos tan inmersos…no se si quiero olvidarla… si debo….si lo necesito realmente.
Pero si se otra cosa, y es el costo que tiene para mi el no haberla olvidado…
Porque llevo 346 días sin que, al dormir, no aparezca ella, su olor, su mirada, su piel, en un breve instante, y la gran mayoría de esas noches…el insomnio se de cuenta de mis deseos y viene a recordármela…
Porque tengo cientos de gritos que nunca surgieron de mi pecho, gritando su nombre en mil rincones de una ciudad que solo he vuelto a ver en mis sueños…
Porque fueron muchos los poemas que llegue a escribirle, contándole cuanto le extrañaba, muchos mas diciéndole cuanto la quería y no pocos, confesándome cuanto me dolió, y todos ellos, todos y cada uno de ellos, desapareciendo en ese mundo virtual en el que los llegue a expresar…
Porque fueron miles de horas haciendo cosas que alguien no hubiera hecho con el corazón sano…
Porque surgía en cientos de hojas que escribía, no siempre fueron poemas y casi siempre en los libros que llegue a leer, en aquellos que los protagonistas… comían perdices.
Porque vivía y amaba en esos sueños, aunque luego sufriera con el mayor de los dolores, porque después despertaba y ahí no estaba….
Porque el tiempo me dijo que probara otra piel, otros labios, otro sabor de los que surgen en el deseo mas profundo…y porque nunca lo halle.
Porque perdí la cuenta de las lagrimas que derrame cuando despertaba, cuando recordaba, cuando al cerrar los ojos, al notar esa suave brisa que nos llegaba a acompañar en nuestros paseos, el calor de los amaneceres que vivimos… notaba su mano deslizándose por mi cara…
Porque creí que nunca podría llegar a olvidarla, cuando todo a mi alrededor me decía que lo hiciera y no podía…
Si, he de reconocerlo, me costo creer que podría olvidarla….o eso llegue a creer…
Porque me has preguntado si llegue a olvidarla… olvidarla…
No, no la olvide…
¿Y sabes porque se que nunca la podre olvidar?
Porque fui el hombre mas afortunado por poder quererla como nunca creí que pudiera querer a alguien…
Porque nadie mas podrá quererla como lo hice yo…
Por eso no quiero olvidarla…
Porque olvidarla seria olvidarme de mi, de quien soy, de lo que soy capaz.
Porque olvidarla seria…
Porque la seguiré queriendo…
Espectacular, Jordi.
No, no se puede olvidar..
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Gracias!!!!!!
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Qué bonito leerte siempre.
Hoy me identifico con tus letras más que nunca…
Hay pieles que son hogar y que olvidarlas sería dejarnos sin techo ni cobijo.
Hay olores que siempre nos transportarán a aquellos instantes en los que fuimos felices, siendo nosotros mismos, más animales, más primitivos y más auténticos.
Todo el mundo se merece sentir eso alguna vez. Y qué afortunados somos por haberlo podido tocar con nuestras propias manos.
Pero eso es muy de nosotros. No dejamos para mañana los sentimientos.
Te quiero mucho!
Por una y mil vidas más!
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Y por diez mil mundos que tuviera que recorrer para volverte a encontrar…
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Yo creo que está bien recordar , pero sin dolor. Además yo pienso que no somos dueños de nuestra memoria. Ni olvidamos ni recordamos lo que queremos. La memoria juega y manda. Un saludo.
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Totalmente de acuerdo.
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Cuando se ama de verdad nunca se olvida y aún en medio del dolor encontramos que ese recuerdo fortalece nuestro corazón.
Es una fuente de inspiración que no se agota.
Adelante con esas apasionadas letras.
Un saludo desde Cuba.
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Yo creo que está bien recordar, pero sin dolor. No somos dueños de nuestra memoria. Ni recordamos ni olvidamos lo que queremos. La memoria manda.
Un saludo. Buen día.
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Encantador. No se olvida.
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Encontrarla y no olvidarla. O toparme de bruces con el alma de mi alma y tampoco poderlo olvidar. Y no porque marchara sino porque es imposible o poco probable. Sé que no la olvidarás como yo tampoco veo la posibilidad de que en mí eso pase. Tu historia la hago mía, ya ves. Un abrazo.
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Ufffff, parece mentira, pero te creo a pies juntillas, al final, no somos tan diferentes y aquello que sentimos, es algo tan natural….
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