Mi rincon

Esta idea, vamos a llamarla así, surgió hará un par de años, antes de esta locura que hemos estado viviendo por demasiado tiempo, un tiempo en el que , por desgracia, ha aflorado mas la sinrazón como especie que somos aunada con la indiferencia y egoísmo de una sociedad que, a todas luces, es la mas infame de la que tenemos referencia, al menos para la opinión de unos pocos, yo entre ellos.

MI rincón, surgió tras unos ejercicios de gimnasia en una planta de siquiatria, un momento de cierta relajación y una idea que llevaba aplicando de forma inconsciente en mi día a día y desde hacia ya unos años.

La idea es simple, cada uno de nosotros posee un rincón, un sitio propio, un espacio que nadie conoce, una playa, quizás una montaña, un banco de parque, una isla remota…cualquier sitio en el que hemos soñado, quizás hemos estado, pero en el que siempre, siempre de los siempre habidos y por haber, hemos deseado volver en alguna ocasión, quizás porque ahí, estamos seguros, quizás porque estamos a salvo de criticas y reproches, de favores y alabanzas, porque tanto miedo da una cosa como la otra, y porque en ellas siempre aparece la certeza de la incertidumbre de si serán ciertas o no.

No lo se, pero lo que comenzó como un simple ejercicio de relajación, se ha convertido en algo…en algo que me dice que tengo que contar.

Has de entender que, en cierta forma, mi propósito vital, uno de ellos que en ocasiones se marca uno como promesa de un nuevo año, estaba el el de involucrarme mas en aquellos aspectos de mi profesión que me llenaran, en lugar de que llegaran a hastiarme o pero aun, provocarme indiferencia.

Así que… ya me tienes ahí, mirando información en San Google, consultando con el patriarca You tube, y algo de lo que si que me declaro bastante adicto, a buscar en mil y una referencias diferentes, frases o historias que añadiriá a una sesión de meditación, en la que cierta música suave, que en ocasiones me han dado ganas de ponerme una dosis de insulina, de lo dulce que era…, en fin, todo ello regado con unas buenas dosis de frases tipo…respirad hondo…soltad aire…y cosas parecidas.

Pero funciona.

Pacientes que comentan que han encontrado un rincón que no recordaban, en historias que habían vivido hace ya un tiempo y que creían haber perdido.

Compañeros que se sorprenden por como puedes llegar a ocasionar un efecto que, a todas luces, no te creían capaz de conseguir.

Y toda una serie de sensaciones que me corren en cada ocasión que los veo ahí, sentados en sillas, formando un circulo, con los ojos cerrados, llorando en alguna ocasión, viéndoles como respiran hondo ante tus indicaciones, como abren lentamente los ojos cuando les dices que ya hemos acabado, como…yo que se, me pierdo entre tantos y tantos instantes que se han creado.

A estas alturas, y conociéndome como me conoces, ya sabes que apenas me lo creo, que dudo del alcance de apenas quince minutos, que me enorgullece y me turba a partes iguales cualquier comentario de aprecio por parte de ellos, mis pacientes, o incluso peor, el de mis compañeros.

Mi rincón…

Les digo que respiren hondo, que cierren los ojos, que su mente les lleve a ese sitio en el que son siempre felices, siempre seguros, siempre …

Yo tengo el mio, aquel que acudo, últimamente con mucha mas frecuencia de lo que hacia anteriormente, en el que me limito a pensar en todo aquello que ya he vivido, incluso cometo el error de juzgarme por los actos y decisiones que tome y de las que, en mas de un aspecto vital , aun sigo arrastrando.

Acudo en el cuando me supera la tristeza por quien me acompaña.

Acudo a el cuando me supera las consecuencias de no ser una oveja mas en el rebaño, la sensación de no pertenecer, la de tener un código propio.

Acudo a el, en días como el de hoy, cuando, siendo sincero conmigo mismo, no tengo derecho a compartir mi dolor con nadie mas, salvo que decida hacerlo, y en la libertad de elegirla.

Son muchas las sorpresas que me están surgiendo por una decisión profesional, sorpresas a nivel personal, intimo en suma, y de las que espero seguir adquiriendo mas y mas aun.

Me apetecía contarte que tengo un rincón, un rincón en al que, de una forma invariable en el tiempo, acabas surgiendo tu sonrisa en mi recuerdo.