Hace poco, cumpliendo el dicho de que el mundo es un pañuelo, retome el contacto con alguien con quien compartí momentos de juventud, en una institución ignorada hoy en día, pero que en su momento de creación fue la imagen de una esperanza para muchos hombres y mujeres, me refiero a la Cruz Roja y también a la llamada Media Luna Roja, y recordaba aquellos días, las guardias que realizábamos, ese uniforme que para nada nos representaba, pero con el que andábamos orgullosos, porque la gente nos dejaba paso al vernos correr, y es algo curioso de reflexión, en esta época de grabar con los móviles cualquier incidencia, con la necesidad imperiosa de subir a ese mundo frio y vació antes que ayudar a esa persona necesitada, esa morbosa necesidad de compartir la desgracia de los demás, no se, es igual de inexplicable para mi, como esa misma necesidad de publicar una pretendida y falsa felicidad completa y total.
Has de entender la situación, un accidente en la carretera, un par o mas de coches humeantes, corrillo de gente mirando sin atreverse a hacer cualquier acción y escuchar a lo lejos, una sirena que anunciaba una pronta respuesta a ese accidente. Un frenazo habitual, siempre íbamos con prisas, bajábamos casi casi en marcha, nuestra mirada puesta en el humo que surgía en los coches, gritos de ¡¡apártense!!, gruñidos para intentar abrir las puertas, palabras de ¡¡cuidado con ese brazo!!, ¡¡cogele bien la cabeza!!,¡¡dejame sitio!!, no pensábamos que estábamos encima de una caja de hierro llena de gasolina, depositar los cuerpos en aquellas camillas rígidas y llevarlos deprisa al centro mas cercano, mientras un par de nosotros nos quedábamos en la zona accidentada, esperando la llegada de la policía, o quizás ya estuvieran ahí y eran ellos los que nos estaba esperando, mirándonos con aquella mirada que solo se dedicaba a los que pertenecían a una especie de raza diferente.
Porque lo eramos.
Junto con algunos de ellos, entramos en casas a punto de incendiarse en varios incendios forestales, sacamos a caballito a ancianos en una residencia llena de humo por culpa de un colchón incendiado, estuvimos todo un fin de semana, mojándonos y casi sin dormir y menos comer, por estar pendientes de la visita de un líder religioso y de lo que conllevo a muchos de aquellos creyentes estar expuestos. Por pertenecer a una unidad de montaña, este que relata hoy esas vivencias, junto con el resto de miembros de la unidad completo con éxito un buen numero de búsquedas de excursionistas perdidos, una cantidad nada despreciable de rescates en paredes de montaña, rescates motivados principalmente por la falta de experiencia y material deficitario de quienes lo intentaban, eramos diferentes, llenos del mismo miedo o quizás mas aun que cualquier otro, pero todos nosotros nos sentíamos que marcábamos la diferencia.
Días tristes, rincones del local donde nos reuníamos llenos de lagrimas, porque supimos lo que era ver partir a alguien en un ultimo suspiro, días de rabia por llegar tarde a un accidente y decir por la emisora..clave ocho.. nomenclatura para que vinieran otros servicios, días en los que el aburrimiento era sinónimo de tranquilidad, roto por el grito desde la emisora anunciando este o aquel servicio.
¿Porque te cuento esta batallita?
Porque has de saber que hubo una época en la que los conductores se paraban a preguntar ante un coche parado, porque existió un día, en el que alguien se encontraba mal, y la gente se reunía a su alrededor, no a grabar su cara, sino a intentar ayudar, que hubo gente que sacrificaba un domingo al mes para ayudar a sus semejantes ante una eventualidad en carretera o en su domicilio, gente que formaba vínculos de por vida, un simple emblema, un carnet que acreditaba la pertenencía a esa institución, el orgullo de haber hecho algo…excepcional, salvar una vida, entregar a una familia a su ser querido tras estar perdido unas breves horas, llegar a casa y que te preguntaran que tal había sido tu guardia y tu guardar silencio durante unos instantes y decir ¡Bien, ha ido bien!, cuando en realidad habías derrapado con la ambulancia para llegar pronto a la unidad de urgencias, y que sabias que esa prontitud había marcado la diferencia.
Has de saber que existieron ese tipo de gente, la mas normal y maravillosa de todas ellas, gente que se entrego en un momento determinado por otro desconocido, sin preguntar, sin cuestionar, solo porque eran de la Cruz Roja, porque llevaban el uniforme , porque habían hecho el curso de socorrismo, porque querían hacerlo.
Has de saber que hubo otra época.
Todo eso en lo q reflexionas va unido a la educación, a los valores y en la época en la q vivimos s carece d todo eso y más.. Las generaciones q vienen llevan el estigma d lo quiero y lo tengo sea como sea y a costa d lo q sea, a no cuidar d los demás y a vivir dentro d su propio mundo ilusorio ególatra, dejando atrás la empatía y la solidaridad.. Es el verdadero mal d la sociedad…😉
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Que pena que pensemos que eso ya es de otra época. Al fin y al cabo es una cuestión de actitud, de valores. Tengo la esperanza que gente como tu seguirá existiendo y viviendo así, aunque sea en silencio. De hecho, eso es una de sus cualidades, que no son ruidosos. Y ahí están…. Ahí estais!
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Cuanta razón tienes, Jordi! Era otro mundo, el de la solidaridad hacia el otro. Aquello de «ama al prójimo como a ti mismo. He misionado en mis años de adolescente y aun tengo la gracia de estar en el lugar de continuar ayudando, aun con la contención de la palabra, Quedamos cada vez menos y después de nosotros, que? Una sociedad hiper individualista que solo piensa en si misma y la desigualdad brutal consecuencia de un capitalismo salvaje. Pero mientras tu o cualquier otro exista, seguirá teniendo sentido la misericordia. Un cordial abrazo.
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Espero que esa época no se haya marchado del todo. Un abrazo.
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Eso espero yo también!!!.
Gracias por leer y comentar.
Un abrazo
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Buena reflexión!
Son las grandes ciudades que nos dejan indiferentes?
La tecnología? El Mercado? Este sucio liberalismo?
Todo eso y un poco más… el otro, la otra: ya no importan salvo claro que se pueda fotografiar 😔
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Yo más bien creo que ya es un aspecto social, de educación, de que es ahora tiempo de la cultura de obtener lo que uno quiere sin esfuerzo, casi sin coste.
Es triste, pero el futuro no parece avanzar de otra forma.
Pero gracias por leer y comentar.
Un abrazo
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Coincido pero cómo y porqué llegamos a esto?
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Supongo que habrá mil y un motivos, pero para mí, el principal es , como decía antes, la sociedad que ha cambiado los objetivos.
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De acuerdo ☝️
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Mientras los principios de la añoranza se mantengan en nosotros, esa época no estará tan perdida como parece. Fuerte abrazo, y espero que sigas aquí durante mucho tiempo.
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Teniendo tus textos para hacerme pensar, soñar incluso…cuenta con ello
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❤️!!!
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La nostalgia puede ser una maldita; pero uno nunca debe olvidar invitarla, porque puede convocar estragos.
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Maravilloso escrito Jordi…
Queda poco por decir, donde nos dirigimos y hasta donde…
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Muy conmovedora tu historia de vida y trabajo, te comprendo, mis cuñados también trabajaron en una cruz roja y contaban cada historias, hay que ser valiente y si sientes miedo, hay que tener coraje para enfrentar primero al miedo pues personas dependen de ti. Me hiciste recordar el cuento de, ¿quien empaca tu paracaídas? El amor en tofo trabajo, es la clave. Gracias por compartir.
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Gracias por el lujo de leerte.
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Brillante entrada!! Pero no encabrones Jordi; porque si bien tienes toda la razón del mundo y comparto contigo, aquello que prevalece hoy es el «morbo» y «el afuera» de la inmensa mayoría de los descerebrados. Es lo que me sucede cuando algunas noches; recorro mi ciudad y voy a ver a mis amigos, que viven en la calle, que no tienen nada pero que necesitan a alguien que los escuche. ¿Me comprendes, no? Ahora, era otra época o fue la humanidad que se despersonalizo
inducida o no por oscuros intereses. Fíjate la crisis de su núcleo central -que es la familia, como tal- desde cuando comenzó a desmembrarse…Allí, encontraras alguna explicación…Un abrazo.
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Totalmente de acuerdo, pero yo creo que fue la humanidad la que se despersonalizo, se supone que avanzamos en cultura y demás, pero cada vez somos más ignorantes, escribimos peor, leemos menos…no se, como especie tenemos menos futuro que una golosina a la puerta de un colegio jajajaja.
Pero siempre nos queda la esperanza, eso siempre.
Gracias por tu aporte, por tu comentario, bienvenido sea el recordarnos, el recordarme que podemos…quien sabe de lo que podremos mejorar
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En mi país la gente no deja de auxiliar a los demás, ya que los servicios de emergencias tardan hasta 30 minutos en llegar.
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Yo creo que es lo que mas nos diferencia, es nuestra capacidad de ayudar al projimo, lastima que cada vez, y es una opinon mia muy particular, nos estamos conviertiendo en mas y mas egoistas.
Supongo que es parte de la «evolucion» del ser humano
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Me encantó tu entrada, y es además super necesaria, un mensaje que hoy en día necesitamos.
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Gracias por heberlo leido y aun mas por comentar.
Un saludo
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¡Qué bonito!
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¡¡¡¡Gracias¡¡¡¡¡ recuerdos de tiempos pasados
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A pesar de que son tiempos muy difíciles y tremendamentes convulsos, y en parte, no le falta razón a tus palabras, nunca dejará de haber humanidad y personas de buen corazón en el mundo. y en especial, en este país que en el fondo es tan solidario. Me ha encantado leerte como una llamada a las viejas costumbres y los buenos modales cívicos y morales, siempre debemos dar lo mejor de nosotros mismos para intentar acercarnos a la utopía de hacer un mundo mejor Jordi. Un abrazo.
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Es lo unico que mantiene viva cierta esperanza en esta especie nuestra, la de que somo capaces de lo mas generoso posible, pero…no se, esta etapa que nos ha tocado vivir, digamos que alumbra claroscuros en el dia a dia.
De todas formas es un placer leer un comentario de tal magnitud y por ello he de darte las gracias.
Un saludo
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