Nostalgia I

Como todas las cosas, son buenas y malas cuando se utilizan de forma apresurada, y me refiero a las, por un lado maldecidas, como imprescindibles redes sociales, hay quien se afana en convertirlas en un escaparate de su supuesta felicidad total en cada instante de su vida, hay quien las utiliza para verter en ellas todas las frustraciones y rabia personales en contra de otros a quienes quizás ni conoce, pero que su exhibición, la que hablaba antes de la felicidad, les causa el rencor que luego vuelcan en sus comentarios, hay otros, quizás los menos, los que anotan cada momento, todas las vicisitudes de su trabajo, buscando una publicidad que les de un beneficio, fotógrafos exponiendo sus ultimas trabajos, futuros escritores noveles que escriben cortas lineas de su ultimo relato, e incluso, hay quien las utiliza para buscar y reencontrar aquel amigo, aquella persona especial que el tiempo coloco lejos, quizás no ya en distancia, pero si en oportunidades de volver a encontrarse, como puedes entender, mil y un motivos variados, tan legítimos como incomprensibles para cualquiera de nosotros.

Y hoy, en una de esas redes sociales, he colocado una imagen pasada, de otro siglo, de otra época, estoy apenas en una esquina, y si no me habías conocido de dicha época, es difícil que me reconozcas, de hecho, ni siquiera yo me reconozco mucho en ella.

¿Que me empujo a ello?

Tal como puse en el titulo…nostalgia.

Nostalgia de una época pasada, en la que, no te sorprendas, no existía el móvil, se enviaban cartas con sellos que tardaban una eternidad en ser recibidas, en ser escritas a mano o bien, los mas guay del paraguay, lo hacían con maquinas de escribir, de aquellas que tenias que girar la palanca para pasar a otra linea, una época en la que, los que eramos como yo, jóvenes en espíritu y edad, nos creíamos invencibles, dueños de toda la razón e incansables ante el fracaso.

Años ochenta, Cruz Roja aun militarizada en cuanto al uniforme, grados de mando e incluso, para algún que otro afortunado, la posibilidad de cumplir, en aquella época, el servicio militar en ella, una Cruz Roja, en la que nunca te ponían pegas ni condiciones para entrar a formar parte de un pelotón, un breve curso de socorrismo básico, un uniforme de corte militar en el que sobresalían unas hombreras blancas con la cruz roja, una gorra, y una, lo llamábamos así por el color, galleta con con la insignia de la unidad a un lado del pecho de la camisa.

Luego llegaba el resto…

Fines de semana en puestos de socorro a pie de muchas carreteras, conciertos y partidos en los que entrabamos gratis y en los que maldecíamos cuando alguno se ponía malo, teníamos que trasladarlo y nos perdíamos parte del evento, y comenzando a sentirnos distintos, como que formábamos parte de algo diferente.

Distintos…..

Dime tu, que no has vivido esa época, si puedes imaginar la sensación que nos recorría, aun a día de hoy, cuando, en un momento concreto, la centralita nos avisaba de algún accidente en la carretera tal y cual, como el silencio se apoderaba de nosotros y montábamos en aquellas ambulancias, como salíamos corriendo de ellas, en ocasiones casi sin haberse detenido del todo y gritábamos ¡¡dejen paso¡¡ , imaginate la escena de ver a tres o cuatro de verde militar, tomando las riendas del accidente, socorriendo, curando, vendando, colocando en camillas a los heridos y trasladarlos al hospital, imaginate a ese herido teniendo un paro cardíaco en el camino y como, tras una breve llamada de emisora a urgencias, llegaba esa ambulancia y al abrir el portón se encontraba a alguno de nosotros, montando encima de el, aplicando un masaje cardíaco sin pausa, sin descanso, sin reconocer nunca la derrota de que quizás la parca lo reclamaba, imaginate la vuelta a buscar al resto de compañeros, esa entrada de nuevo al cuartel de inicio y escuchar a tu responsable, que habían llamado al hospital y el/ella, estaban vivos, que el ir a todo lo que daba la ambulancia, el que nunca desfalleciste, que nunca te rendiste, quizás, solo quizás, tuviera algo que ver con que estuviera aun vivo.

Una fiesta, celebraciones en la cantina, quizás, porque en aquella época se daban, alguna medalla, alguna mención….pues no, nunca lo vi, solo veía medias sonrisas, solo veía como unos hombros cansados de 12 horas de guardia se ensanchaban, solo vi como uno que se había roto el alma haciendo un masaje cardíaco durante media hora seguida, le daba las gracias a su conductor que los llevo a todos, a un hospital, como el de la emisora, quien nos había facilitado a dirección correcta, quien aviso de forma temprana al hospital para que estuvieran preparados para cuando llegáramos recibía las mismas felicitaciones, solo veía como todos eramos uno.

Nostalgia de palabras como…voluntarios…compromiso…deber…modestia…orgullo…

Solo es una foto, pero que quieres que te diga, es la foto de una de las épocas mas increíble que viví.

28 comentarios en “Nostalgia I

    1. Bueno, no era trabajo, era voluntariado, solo prestabamos nuestro tiempo, la institucion, Cruz Roja, nos daba el uniforme, un cursillo basico de socorrismo, y un vale para la cantina cuando acababamos el servicio.Los unicos fijos de plantilla,con contrato eran los conductores de ambulancia que hacian el servicio normalmente entre semana y que, por turno, les tocaban guardias con nosotros el fin de semana.
      Era otra epoca

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  1. Esperanza E. Vargas (sadeyes)

    Una labor preciosa la que hacías Jordi. Esa foto encierra muchas historias de tanta gente que tu como tus compañeros ayudaron. Y aunque a veces resultara inconveniente siempre el deber era primero.
    Aquellos años que bonitos. Esos que cuentas. Me gustaba escribir esas cartas y cuando iba a recibir una. Que ilusión! La espera y como leía esas letras vez tras vez.
    Es verdad que la tecnología ha mejorado nuestra comunicación. Pero también nos ha robado tanto. Unas lindas palabras de cariño ahora sólo envías un emoticon y listo. Ahorras tiempo jeje.
    Me encantó leerte. Un saludo cordial.

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  2. elcieloyelinfierno

    Brillante en lo conceptual y reflexivo! Mi querido amigo, no diría «nostalgia» -recuerda que me has dicho que cuan jóvenes, somos-. Yo diría «añoranzas» por todo aquello que vivimos y nos hacia inmensamente felices, aunque ocupáramos nuestros ratos libres en colaborar con los otros, en lo que fuera o si la situación lo mandaba. Pero lamentablemente; como bien dices al inicio la fragilidad del ser humano sumado a la toxicidad de las redes; hace que prevalezca «mas el envase, que el verdadero contenido». Un abrazo.

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  3. La Cruz Roja creo que hace una labor estupenda y tú probablemente formaste parte de la institución a una edad en el que las vivencias se hacen inolvidables. Es normal la nostalgia, es la vida, la nuestra y recordarla, a veces, hasta con algo de melancolía es inevitable. Todos somos lo de hoy y lo de ayer.Un saludo amigo

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    1. Si, me toco en una etapa vital en la que uno se cree invencible y a prueba de todo, de tal manera que tal experiencia o mas bien el cumulo de ellas, me permitieron ver la vida de otra forma.
      Un saludo para ti tambien y gracias por tu comentario,

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