El Hierro II

Volvi a la isla,la isla que defini en un relato anterior como la isla de los sentidos, una isla de vientos y aguas, con ganas, con muchas mas de las que he sido capaz de admitir hasta que las ruedas del avion no tocaron tierra, ahí, en ese instante… suspire.


Comence a entender cuando, al salir de la terminal del aeropuerto, para recoger el coche de alquiler, estuve mas de cinco minutos apoyado en aquel pequeño muro de piedra ,viendo como las aguas golpeaban sin pausa las rocas que osaban enfrentarselas.


No sabria decirte todo lo que surgio en mi cabeza, solo podia no dejar de pensar en mil y una cosas diferentes, la ciudad que habia dejado atrás… un trabajo que me llena, por suerte, pero del cual estaba a punto del colapso… quizas incluso poner en orden la memoria que tanto me traicionaba con recuerdos que persistian ahí, dentro de lo mas profundo… imaginarme como seria mi apartamento, desde el cual iba a pasar todos estos dias… el olor, ese olor a sal y tierra, la suave calidez de un sol que no ceja de insistirte que mires al frente…recorrer esas carreteras, en algunos tramos cierta y preocupantemente estrechas…


Llegar al apartamento, hacer los tramites de rigos, dejar la maleta en un rincon y salir al balcon que tan generosamente la suerte me ha favorecido, mirar mas alla de lo que abarca la vista y decidir que ya es hora de comenzar, asi que no desmonto maletas, me limito a coger la camara, y lo mas basico y bajo a contemplar la linea de costa, las rocas que con tanta fuerza se oponen al empuje de esas olas que nunca cejan.


Has de entender, que hay muchos.. buenos, quizas algunos… ¡¡esta bien!!, pocos, pero alguno hay que me define como intenso, quizas incluso como impulsivo, que no suelo pararme a pensar en nada mas que aquello que he decidido hacer en ese intante, y no puedo evitar darles la razon en cierta forma, porque mi propia historia me ha dejado cicatrices, algunas de ellas aun visibles en mi cuerpo.


Asi que, para alguno o mas de uno, no le sorprenderá saber, que tras un buen rato ahi, mirando solo como las aguas golpeaban las rocas, decidiera hacer algo…impulsivo.


Y claro, ya me tienes ahí, dentro del agua, nadando, o mas bien intentando no tragar mas agua de la recomendada, peleandome contra una corriente que desconozco pero que me empuja contra las rompientes, cuando en uno de esos instantes en los que te paras y te dejas llevar, te preguntas…


¿Qué demonios estoy haciendo?


Nunca fui nadador olimpico, las piscinas y yo no somos enemigos irreconciliables, pero no somos asiduos, la playa…cerquita y a ser posible en la sombra, vamos que mi relax no es hacer largos y largos y mas largos, mas bien son cortitos pero que muy cortitos.


Y ahí estoy, en medio de un oceano que desconozco, en direccion a quien sabe que continente…y me pongo a llorar.


Si, ya lo se, me diras que es la sal en los ojos, que es el miedo a que estoy lejos de la orilla y no se si tendre la energia suficiente para volver, quizas me diras que es por la profundidad qué solo puedo imaginar que hay debajo de mi, a lo mejor es porque me imagino a toda una serie de monstruos…

¿Sabes?, he imaginado todas esas excusas o razones para ello, para entender el motivo, pero yo estaba ahí, era yo quien lloraba, y aun mas te dire, era yo quien gritaba.


Lloraba y gritaba por aquellos que despedi en circunstancias que nunca debieron existir…


Lloraba y gritaba por el miedo que llegue a sentir, no por mi, sino por aquellos que decidieron creer en mi…


Lloraba y gritaba porque no crei que pudiera volver a sentir…


Lloraba y gritaba porque me apetecia hacerlo, porque queria matar a esa corriente que queria ganarme…


Lloraba y gritaba porque aun me creia merecedor de mas intentos, de mas posibles…


Lloraba y gritaba por los que nunca crei merecer, y tambien por aquellos que decidi apartar…


Lloraba y gritaba…hasta que llegue a la orilla, aunque mas bien seria decir, hasta que llegue a las rocas y pude permitirme el lujo de dejarme caer, mientras las olas pugnaban por querer volverme a abrazar.


Me sente, jadeante, con el corazon queriendo saltar de mi pecho, con mil lagrimas mas ahí, saliendo y saliendo sin pausa, con los recuerdos que iban lavando y dejando que, al secarse, puedan guardarse en esa estanteria vital mia que es parte de mi, de lo que soy, de lo que explica quien soy.


No puedo decirte el rato que estuve ahí, dejando que mi pulso se relajara, dejando que mi vista intentase ver mas alla de la linea del horizonte, brazos y piernas me reclamaban su atencion, llenos de pinchazos que me recordaban el esfuerzo que les habia obligado a realizar.


Se que deje de llorar, de suspirar incluso cuando acudian a mi memoria rostros pasados, instantes vividos con una intensidad que nunca crei posible, llego un momento en que solo respiraba, y solo eso ya me parecia un enorme esfuerzo.


Todo iba acomodandose, cada cicatriz, cada recuerdo, cada nueva experiencia que habia vivido y que no habia reconocido, todo ello lo vi ahí, sentado en esas rocas y ahí, comence a ver quien era yo.


Y ¿sabes?, sabia que tardaria en escribir estas lineas que me recuerdan aquel momento, pero sabia tanmbien que podria contartelo, porque si hay algo de lo que me siento afortunado es precisamente de eso..de poder contartelo.

Solo fue el primer dia…

8 comentarios en “El Hierro II

    1. Bueno, mi nombre es catalan si, pero me temo que mi practica del idioma en version escrita es mas bien…escasa. pero no tengo ningun problema en escribirlo¡¡¡, pero gracias por tus elogios¡¡¡
      Muchas gracias

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    1. No deja marca aquello que no importa, así que las cicatrices que atesoramos son el recuerdo de mil y un posibles, pero si no han cicatrizado aún…solo puedo decirte que es cierto que te dejarán la marca, que la acariciaras en ciertos momentos y que más adelante, la lucirás orgulloso/a porque son el emblema de quien se atreve,.
      Y sólo quien se atreve, gana siempre.
      Un saludo.
      Y no dudes que esa isla notará mi aliento en más ocasiones

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    1. Disculpa la tardanza en contestarte y antes que nada la sorpresa por que alguien me lea desde un rincon tan alejado de donde vivo.
      Gratamente soreprendio y agradecido.
      Muchas gracias por tu comentario y porque estas humildes letras te causen semejante estado.
      Gracias es poco.
      Un saludo desde Terrassa Barcelona España

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