La gata y el lobo

Ella era ya una gata con tiempos vividos, una gata que solo ansiaba ronronear y a la que los desengaños la hicieron arisca para el entender de quien solo deseaba tenerla de mascota, el, en cambio, era ya un lobo algo cojo con mas cicatrices de las que hubiera admitido nunca y al que, jadeante por cada envite, aun se resistia a hincar el hocico en la fria tierra de la desesperanza.

Curiosa pareja que marchaba paralela en la orilla de la playa… y que acabaron el dia pisando la misma arena casi huella con huella.

Charlas con un café entre las manos, paseos por callejones de su ciudad, aquella que contaba haber descubierto tal o cual rincon y que se enorgullecia de enseñarsela, y el mientras, mirando en todas las direcciones, queriendo buscar mas y mas, y acabando sus ojos en como seguia contandole mas y mas historias, algunas de ellas demasiado parecidas con las suyas, historias de su pasado que coincidian en demasia con lo que el habia vivdo, quizas por ello, pocas palabras bastaban entre los dos para entender el porque de cada uno.

Un pequeño mirador delante del mar basto para iniciar una suave mirada hacia mas alla del horizonte que iba oscureciendose, y en el que solo los pasos sobre la arena, barridos por las olas, ellos, solo ellos, podian escuchar.

El le conto sus propias cicatrices, coincidiendo de nuevo con las de ella, un lobo algo cojo y una gata que ansiaba ronronear de nuevo, curiosa pareja que el destino se atrevio a reunir.

Quizas vuelvan a coincidir, paralela su direccion en la playa.

Quizas acaben pisando las mismas huellas.

Quizas.

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