Tercera parte

A los que me preguntaron, a los que se quedaron con las ganas, a los que lo pidieron, pero sobre todo, a los que les gusto, he aquí la tercera parte…

El tiempo es relativo, o algo parecido decía Einstein, quisiera creer que, fuera de toda teoría especulativa, el se refiriera al hecho de conocer a alguien como ella, alguien capaz de paralizarte las piernas, quedarte ahí, inmóvil, mientras la ves caminar hacia ti, con esa breve sonrisa que surge al verte ahí, todo quieto, sin darse cuenta, o quizás si, que la culpa de tal inmovilidad es ella.

¡¡¡Y aquí estamos!!!

Nos vamos contando nuestro día a día, y mientras nuestras manos, que comenzaron solo a sujetar la una a la otra, comienzan a jugar, nuestros dedos comienzan ya la pelea que sin duda esta noche, o quizás antes..¿porque me miras así?

Vamos a ver, tengamos las cosas claras…¿Que haces encima mio?, ¿Porque estamos en el sofá?, ¿Como es que no tienes ropa? Y lo mas inquietante…¿Como ha pasado?, porque no recuerdo que hayamos creado un portal dimensional que nos permita ir de la cocina, ahora recuerdo que fue ahí donde te bese, creo recordar que aun estabas vestida, yo al menos si, al sofá, donde , si la memoria no me falla, comenzó una pelea por averiguar quien recorría antes la piel del otro, y bueno, he de decirte, mal que te pese, que gane por amplio margen, al fin y al cabo, tu ropa ha sido mas fácil de quitar.

Pero surge la pregunta en tus labios…¿Que estamos haciendo?, bueno, he de decirte que casi, casi, pero que casi, mi respuesta era decirte lo obvio, pero no se porque no era eso a lo que te referías.

No supe que decirte, no al menos con palabras, así que, ambos con escasas prendas encima, por cierto, esas braguitas color negro, te sientan…perdona, me estaba yendo por otros derroteros, bueno, eso, creo recordar que me medio incorpore y te abrace.

Solo fue eso, notar como tus pechos tocaban los míos, mis manos recorrían suavemente tu espalda, recorrían la parte de la cadera que me permitía la distancia, olerte y besarte el pelo, tu mano jugando con el pelo de mi pecho, medio riéndote porque nunca te gustaron los hombres de pelo en pecho y ahí estabas, haciéndome rizos, comenzando a recordar momentos vividos por ambos..¿te acuerdas cuando…?, fue la frase recurrente para echar mano de la memoria.

No se el tiempo que transcurrió antes de que medio te incorporaras y mirándome fijamente, comenzaste la pregunta que no deje que hicieras… si lo deseaba, si lo quería hacer, si me arrepentía, si creía esto, si quería lo otro, si no lo quería, en fin, muchas mas que dijiste sin pronunciar un solo sonido, y ante todas esas preguntas te dije solo lo que sentía.

Me gusta que me sonrías, me encanta que me acaricies la mano cuando paseamos, me gusta pensar en ti cuando estoy tomándome un café en el trabajo, me gusta como siento tus labios en mi espalda, me gusta oír tu voz pronunciando mi nombre, me gusta recordarte, me gusta sentirme así, contigo, ¿enamorado?, es fácil cuando se tiene veinte años, las mariposas en el estomago, el corazón que deja de latir, tantos y tantos síntomas, explicados, razonados y aceptados para definir el amor, pero ¿Y nosotros?, los que hemos pasado de esa fecha, los que hemos visto y acumulado días de indiferencia, de hastió, apatía, rutina, de cobardía de aceptar la realidad, de hacer daño sin quererlo, pero sin evitarlo, nosotros definimos el amor de otra forma, quizás no todos lo hagamos así, es verdad, pero así lo hago yo, contigo, porque para mi, en este momento solo existe eso, este momento, tenerte aquí, medio desnuda, sintiéndote respirar, notar esa piel que sigo acariciando mientras te estoy hablando, dejar que sueñe esta noche contigo, no por lo que haremos o hicimos, solo por el placer de soñar por estar tu aquí, por permitirme estar cerca de ti, en el pasado, cuando eramos solo amigos, por este otro pasado mas reciente, cuando descubrí lo que se escondía debajo de un tejido quitado con prisas, por este presente, en el que me parece de lo mas normal tenerte así, por un futuro que desconozco y ante el cual, me presento con mas esperanza, creada por la capacidad de saberme capaz de seguir sintiendo.

Porque me haces sentir, simple y complicado de describir, me haces sentir.

Decidiremos quizás que hemos cometido una equivocación, cruzamos ambos una frontera que los amigos no pueden cruzar, decidiremos que solo podemos quedar para permitirnos ese rato de placer que se permiten ciertas parejas, sin obligaciones ni recriminaciones por usarse solo para ese cometido, decidiremos que solo somos pareja de cine, de tomar la cerveza del sábado noche, del desayuno con mas amigos, podemos decidir lo que queramos.

Pero yo ya me he decidido, porque me haces sentir.

Y creo que ese beso tuyo me da tu respuesta.

7 comentarios en “Tercera parte

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