Sin esperarlo

Uno puede optar por estar a la defensiva, aislarse con los cascos conectados a la música o al móvil, esperando esa llamada que nunca esperamos, por eso estamos tan enganchados a la espera de recibirla, puede, como decía aislarse, pero no eres una isla en medio del océano, toda ella rodeada de agua, en la que moran mil y una formas de vida distinta, no, solo eres un ser humano que ha decidido creerse que esta solo, que no pretende ni alzar la vista para ver quien esta a tu lado, que oye la música que le manda la moda a seguir, aunque, por suerte, aun hay quien escucha la música que le gusta, que pasa por al lado de otras formas de vida parecidas a la suya, tan aislados como el, sin verse, sin saludarse, sin oír conversaciones, pocas pero aun hay, de gente que se mira a los ojos, se sonríen y se dicen tantas y tantas palabras…

Quizás por ello me sorprendo como ayer me sorprendí, tomando un desayuno en un bar cualquiera, robando segundos al tiempo para acabar el capitulo dichoso que me tiene tan absorbido, escribiendo quizás alguna linea que ayer, en mi afán de describir mi día a día, olvide de apuntar, y también, como no, de escuchar.

El debe tener algo mas de cincuenta, las canas son mayoritarias en su cabeza y cara, un traje cuidado, un móvil encima de la mesa, y un breve y escueto desayuno, gesto serio mientras lee el periódico, suspiros ante una noticia concreta, quizás no creyendo la estupidez de quienes nos gobiernan y preguntándose, por la estupidez de los que los elegimos a pesar y a sabiendas de la futilidad de lo que prometen, y bueno, nada del otro mundo dices, y si, tienes la razón, sino fuera por quien entra, mujer, quizás cuarenta y algo, pero que sin dudarlo, aparenta muchos menos, un vestido elegante, casi que pasa desapercibido, pero que ella lo lleva con soltura, sin prisas, mirando a su alrededor, buscando sin duda alguien, y tras verlo, una breve sonrisa surge en su cara y se acerca a la mesa.

El todavía esta en su mundo de lectura, su gesto concentrado te dice que esta, sin duda, mentando a los pobres padres y madres de tanto protagonista en las paginas del periódico , de tanto personaje que aparece a diario y de todo aquello que se cree capaz de decir, y solo se altera cuando ella, le coloca un suave gesto en uno de sus hombros para advertirle que esta aquí.

Eran otros tiempos, los que vuelven en este instante, sus manos que cierran rápido las hojas de un diario, que apartan a un lado la silla para poder levantarse, las mismas manos que acarician los brazos de ella, en uno de esos saludos que solo, los íntimos son capaces de darse, con el rostro, antes ceñudo y serio, ahora alegre y sonriente.

Breves frases que se dicen de pies ambos, sonrisas que dicen mas que las palabras, gestos y miradas que no desaparecen tras sentarse ambos en la mesa, unos breves instantes para acomodar y dejar libre la mesa, hay que dejar sitio para que ambas manos se toquen y comiencen a jugar, a hablar entre ellas con un lenguaje similar quizás al que ambos utilizan…pero no es así, porque reconozco ese lenguaje que ambos están empleando, el lenguaje de los dedos.

Y si tu, quien me esta leyendo ahora, tuvo la suerte de hablar ese lenguaje, ya sabe en que idioma hablo, el idioma de las caricias, el de decirte que tal ha ido tu día, mientras los dedos de ella te están preguntando como te levantaste hoy, quizás el le pregunte por su trabajo, por como le fue, pero sus dedos, surcan suavemente la palma de su mano y le dicen, que mas tarde, ansiaran mas piel, puede que ella le comente por como están sus compañeros, pero al apretar suavemente la mano de el, en el idioma que ambos hemos conocido, le esta diciendo, le esta pidiendo que necesitara que la acaricien, que deseara acariciarle.

Seguramente muchas mas preguntas y respuestas surgirán, en un idioma sonara educado y formal, en el otro sabremos percibir el inmenso cariño y deseo que se tienen, y, bueno, no soy precisamente un voyeur de esos, así que me limito a esbozar una media sonrisa y a recoger mis bártulos, mientras en mi interior les doy las gracias por congraciarme con el mundo, por ver que aun somos capaces de utilizar el tiempo que tanto gestionamos, en algo mas, en como una sociedad en la que, incluso las relaciones, tienen tiempo limite, aun existen personas que se dedican lo mas intimo de ellas…su propio tiempo.

Aun tengo tiempo de ver, tras haber pagado mi consumición, como ha surgido una especie de cúpula que los separa, que los aislá del mundo apresurado en el que vivimos, cúpula con propiedades mágicas sin duda, porque siguen hablando sin que surja el inevitable sonido del cáncer de nuestro tiempo, el móvil, o eso, o es que han tenido el sentido común de apagarlo, silenciarlo o , en mi caso lo estoy deseando hacer algún día, defenestrarlo por un barranco.

Invertir tiempo en una conversación…en caricias escondidas entre los dedos….en preguntas sinceras por como estas…quizás aun tenemos esperanza y no nos extinguiremos.

12 comentarios en “Sin esperarlo

  1. Hoy nada es como antes y debemos aceptarlo, Los mobiles se llevan toda la atencion del ser humano….vivimos condenados, no somos concientes de todo lo que perdemos. pero es lo que hay, Que lastima de vida amigo. me entristece esta forma de vida y perdona mi pensar.
    Me gusta lo que escribes.
    Salu2,-Marina

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    1. Bueno, gracias por leer y comentar, a pesar de que siempre digo lo mismo, que escribir y leer a otros, para mi es una especie de desahogo y descubrimiento, a dia de hoy, nunca dejo de sentirme halagado por comentarios como el tuyo.
      Gracias de nuevo y un saludo desde uno de los dias mas calurosos que estoy pasando jajajaja

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