En este particular viaje que hice a la isla de El Hierro, hubo momentos de todo tipo, uno de ellos sin duda es siempre mi inveterada costumbre de llegar pronto a los sitios, llamame raro, pero no me gusta llegar justo de tiempo, así que, para comenzar bien el viaje, y siendo mi primera parada el aeropuerto, decidí que llegaría temprano, digamos que con una hora y media antes del embarque, y claro, dirás ¡¡OOHH!!, ¡¡que temprano!! ¿Y para que tan pronto?, bueno, digamos que llegue de forma pausada, facture la mochila, deje que me registraran los de seguridad, pasee, si, eso he dicho, pasee por las tiendas que hay en la zona y me fui a tomar un estupendo bocata con cerveza, pagado, eso si, como si el pan fuera de multicereales en peligro de extinción, el jamón fuese de cerdos criados solo con bellotas salvajes seleccionadas a mano y dichos cerdos, aparte de su pedigri que se remonta a los Reyes Católicos, cuando menos, estos cerdos les dieran masaje cada noche para que su carne y textura fuera aun mas sabrosa y exquisita, añádele la cerveza, hecha con lúpulo de las montañas, de una variedad escasa, con maíz cosechado grano a grano en luna llena para garantizar su pureza, y como no, con agua de manantial de las montañas nevadas del ultimo valle aun no pisado por ser humano alguno, vamos, que pague 14 euros por un mini de pan semi duro, con jamón del carrefour y una estrella.
Y aun así, lo pague con alegría, me iba de vacaciones, no tenia ganas de cuestionar y solo quería sentarme y leer un poco, quizás escribir el primer día en mi diario, pero inevitablemente levantas la mirada y observas.
Gente corriendo, apresurada para llegar a la puerta de embarque, arrastrando maletas justas en sus medidas para no tener que facturarlas y aprovechar todo el espacio gratis que ofrece el billete, pendientes otros de la nueva droga de la humanidad tecnológica, la selfimania, o colgar fotos en todo momento y de cada acto en las redes sociales, que por cierto, no conozco a nadie que le dedique no mas de tres décimas de segundos en verlas y quizás, algunos le dediquen una frase de dos o tres palabras, algunos miran y miran los paneles de información, como si por el hecho de fijar la vista de forma ininterrumpida, provocara que el avión llegara antes, que surgiera antes el numero de la puerta de embarque o quizás, no lo se, esperan que les digan los números de la primitiva del fin de semana.
Pero también hay otros, escasos, cuesta encontrarlos, seres que están en un rincón perdido, leyendo sin mas, hablando con el de enfrente suyo, con quien esta a su lado, sonriéndole y advirtiéndole con la mirada de todo aquello que desean que ocurra cuando lleguen a su destino y tengan tiempo para ellos, ellos solos, los que están estudiando mapas de la isla del tesoro que va a descubrir, de los mil y un senderos que van a recorrer, encontrando tribus perdidas, ríos desconocidos a los que pondrán su nombre, o quizás el del aquel amor dejado atrás, seres que acarician la mano de quien esta con ellos, asegurándose que ambos compartirán el placer de lo que van a descubrir, de todos esos amaneceres nuevos que compartirán.
Son esos seres que, en principio, nadie ve, parejas mayores y por suerte, algunas no tan mayores, cogidos de la mano, solitarios con la vista perdida en mil y un sueños, con el bolso en bandolera, lleno de espacio para colmar toda su curiosidad, miradas que se cruzan con otros como ellos, y en los que se reconocen, como de una raza distinta, compañeros de fatigas, hermanos de senderos vírgenes, de playas llenas de espuma, de lunas llenas vistas desde el rincón de roca mas alejado, de comidas desconocidas y degustadas con el deleite de la novedad, de ser conscientes de ese nuevo acento que les habla, de nuevas sonrisas.
Pero es hora de levantarse, toca hacer cola para embarcar en la que sera, sin duda, una semana de aventura, de conocer nuevos senderos, playas vírgenes, atardeceres rojizos por la calima del desierto, vientos que me harán estremecer, oleaje que veré levantarse en rocas negras y eternas en apariencia, rincones en los que me limitare a sentarme y tras cerrar los ojos, solo oiré el sonido de los elementos que rebotan en mi, quizás incluso sienta en mi piel el frio de ese océano que me salpica…
Es hora de sentir, y ella, a quien nos hemos dedicado una mirada por reconocer en el otro, a alguien semejante, me sonríe y comenzamos esta aventura.
¿El resto?
Que sigan haciéndose selfies.
Siiii. una estampa fiel de lo que vemos en el aeropuerto, claro que narrado con su habitual encanto y salpicado de humor . Gracias por compartir. Abracitos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Yo soy la de los selfies…jijiji..
Otra vez perfecto..un súper aplauso amigo…😘😘
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajajaja, gracias¡¡¡¡¡
Me gustaMe gusta
Comparto esa costumbre de llegar antes. Y me encantan las diferencias 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Holaaaa, podrías ayudarme con mi blog para que otras personas lo conozcan y me den sus opiniones sobre él?????
Me gustaLe gusta a 1 persona
Si por ayuda te refieres a seguirte, hecho esta, por lo demás, esto funciona más bien como el patio de un colegio, al menos en mi caso, visitando páginas, cómo he hecho con la tuya y dándole me gusta si he encontrado algún artículo interesante, como también me ha ocurrido con el tuyo.
Ánimo!!!
En mi caso, son ya casi tres años, en los que he vertido en estas páginas un montón de ideas y sueños, fantasías y recuerdos.
Se que hay gente que colecciona seguidores o utilizan motores de búsqueda o que sé yo, para tener más visitas, en mi caso ha sido más bien seguir a quien me sigue en la gran mayoría de las ocasiones.
Como te decía antes..ánimo y a seguir escribiendo.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, te agradeceria tambien si leyeras mi blog y me dieras tu opinion
Me gustaLe gusta a 1 persona
Será un placer.
Me gustaMe gusta
Me encanta esa mirada tuya tan certera de lo que sucede a tu alrededor. También me gusta mirar, como he viajado sola alguna vez, lleno mis vacíos con esa mirada curiosa, que no cotilla, imaginando historias con la gente que veo… Me gustan las cosas pausadas, sentarme de vez en cuando y pasear la mirada mientras descanso mis pies.
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias!!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Saludos amigo. Me alegra que aun haya personas que disfruten la vida, que sentados puedan observar el actuar natural de las personas. que no tienen en primer lugar la tecnología, que han dejado entrar a sus vidas lo moderno pero a la medida necesaria y no llegar a ser esclavos de todos y al final de nadie. feliz semana.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias!!!!!
Me gustaMe gusta
Y para los que no trabajen el fin de semana, que lo disfruten!!¡!!
Me gustaMe gusta
¡Me ha encantado el texto!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues muchas gracias!!!!!
Un placer que comentes!!!
Me gustaMe gusta