Quizas sea verdad, que en el preciso instante que decidimos compartir nuestra vida, es en ese momento en que se siembra la semilla de la desilusion por no conseguir aquello que se ha ansiado.
Podriamos pasar por la vida ofreciendo solo momentos, momentos de placer, sin compromisos, sin ataduras, sin planes de futuro compartido.
Suena bien, descartariamos separaciones, divorcios, recriminaciones por no haber llegado a superar espectativas ajenas, incluso propias en ocasiones, celos….. la lista es larga.
Si, suena bien.
Pero, y siempre hay un pero, ¿en que nos convertiriamos?.
Piensa en todo lo que hemos creado en nombre de la aventura de compartir la vida, canciones de amor y de desamor, obras de teatro, hemos descubierto tierras lejanas, planetas incluso, a los que hemos nombrado como aquella que llevabamos en nuestro interior, hemos aguantado a pie firme los empujes del destino, sin importarnos la fuerza con que se nos dirigia, sin movermos un milimetro, solo porque ella estaba detras, y que el infierno se congelase antes que dejar que a ella le rozara simplemente, cualquier gota, brisa u otro elemento.
Si, quizas sea mejor no buscar nada mas que momentos, sin ataduras, sin compromisos…….pero entonces no podria levantarme cada dia con la esperanza de conocerte, de contarte una historia, cantarte una cancion al oido, susurrarte mil y una tonterias, pensar en las horas que restan para acariciarte… que quieres que te diga? me declaro un hombre de sentimientos, no de actos.