Costumbre

Te acabas acostumbrando.

A la ilusion, a la esperanza, a esperar ese cambio de viento……

A la rutina, a la apatia, al dolor continuo y sordo………..

Te acabas acostumbrando.

Y solo, cuando, como ahora, sentado en este café, vas viendo a la gente a tu alrededor, oyendo esas conversaciones que, al parecer son privadas, ya que hablan con los auriculares y no se por que, creen que nadie les esta escuchando, acabas clasificando a la gente.

Feliz

No feliz.

Contento

Triste

Resignado.

Estoy aburrido?

No, no lo estoy, pero si sorprendido por como estoy viviendo estos ultimos tiempos, con la extraña coincidencia de hacer lo que creo correcto y ademas…….encontrandome bien por ello.

Quizas sea esa toda la novedad, estamos siempre soñando, o al menos eso seria lo mas sano, porque ciertas dosis de realidad han de mezclarse con fantasias y sueños, quizas a partes iguales, la cocteleria nunca fue lo mio, pero si que soy un gran catador de momentos increíbles, siempre deseoso de experimentar lo que a pocos mortales les es concedido.

Momentos de paz.

Cuantas veces no hemos cogido el coche, la moto, la bici, el tren, y paro aquí de dar transportes¡¡¡, para buscarnos un rincón donde solo se escuche el rumor del viento quizas, el sonido ritmico e impredecible del agua saltando en olas, caminando suave por una orilla, sentados incomodos en una roca, viendo un atardecer, un anochecer, pensando en quien sabe que o quien.

Te acabas acostumbrando.

Lógicamente cada cual escoge, es libre, la facultad del libre albedrío, siempre que este acompañada de la sinceridad, porque de poco sirve si se autoengaña uno mismo.

Algo quizas demasiado frecuente en estos tiempos que nos toca sortear, con tantas y tantas etiquetas que cumplir, con selfies que subir a twiter, con fotos de lo felices que somos en facebook, incluso con decirnos hola a traves del wasap, cuando en ocasiones nos seria mas facil intentar quedar para un café.

Es cierto.

Te acabas acostumbrando y dejamos perder aquellos posibles encuentros generados por el azar, o si uno es reyente, por el destino ya previsto de antemano en el mismo instante de nacer.

Prefiero creer en un subito cambio de rumbo, un viraje inesperado a cualquier direccion no prevista, en salirme de la ruta para turistas, porque al fin y al cabo, solo de las improvisaciones, surgen los momentos mas intensos.

 

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