Sandra

Hoy la noche ha sido corta, fría, e incluso quizás amenazadora, era una hora tardía cuando cogí la moto y me puse a descubrir que había mas allá de la oscuridad de su faro.
Carreteras sin luces, noche sin estrellas, sin luna….si, era una noche para los miedos.
Y aun mas, si te detienes en un viejo camino solitario y cierras el motor, apagas la luz y notas como la oscuridad te va envolviendo, con una rapidez increíble.
El frío comienza ha hacerse notar, ya no solo por ser lo que toca por el mes que estamos, es también ese frío que comienza a invadir mi interior, el frío de la soledad que nunca creí llegar a sentir.
Hasta ahora me creí fuerte para sortear y devolver todos los golpes del destino, pero no es así.
Sigo siendo alguien débil al escuchar que el ser que mas quiero en esta vida ha tenido un accidente, leve, apenas sin consecuencias, pero que en mi imaginación adquiere el renombre de catástrofe mundial.
Se que estas bien, se que he de dejar que afrontes el día a día con la madurez que te da los años que tienes, pero no puedo evitar desear que todo aquello de malo que existe en el destino, me venga a mi antes que a ti, no es porque no te crea preparada, antes al contrario,pero mi parte egoísta dice que soy el indicado para recibir esos golpes.
He estado a punto de bajar a verte en no menos de tres ocasiones, y solo me freno el hecho de que he de darte la confianza necesaria para que seas tu misma.
Pero es difícil.
Solo me freno el que te enfadarías quizas mas por el hecho de que no te crea, pero este sábado espero verte y quedarme mas tranquilo, aunque me temo que cumpliras 80 años y aun querre llevarte entre algodones, aunque…cuantos tendré yo?
Te quiero preciosa