Existe una expresión muy utilizada últimamente…..salir del armario.
Y aunque suele tener ciertas connotaciones sexuales, para indicar una diferente orientación, según lo establecido, parece ser que tambien se esta utilizando de otra forma.
Y es esa forma en la que yo tambien he salido del armario.
No ha sido de improviso, ha sido una decisión meditada, reforzada por los ultimos acontecimientos vitales que me han ido surgiendo en este año increíble, lleno de resultados de decisiones tomadas con anterioridad, de momentos creidos perdidos, de dias e incluso noches pensando en mas de un millar de cosas que uno ha ido viviendo y amontonando en su particular almacen.
Dentro de dicho armario o almacen, tengo estanterías, bastantes, muchas diria yo, llenas a rebosar, en algunas suelo detenerme a sacarle el polvo, al fin y al cabo, teniendo en cuenta la frecuencia con que las utilizo, no resulta muy bonito que esten sucias y desmejoradas, en otras en cambio, mi memoria flaquea al ver de nuevo aquel momento que guarde para un por si acaso y que no he vuelto a utilizar.
Y hay otras.
Y en esas, y es curioso cuando menos, son las que menos objetos guardo, y sin embargo son las mas importantes, son aquellos que he ido cambiando de sitio, sin darme cuenta en la gran mayoria de ocasiones de su importancia.
Hasta hoy.
Asi que, en fechas como las que se presentan, dadas a reflexionar, a valorar, a cuestionar, a aceptar, he decidido entrar en ese armario mio, rebuscar con la mirada de mi corazon en esas estanterías y las he recolocado, aunque mas bien, he colocado y quitado un par de objetos, he recompuesto el orden de mis estanterías, he priorizado su acceso, eso si, sin tirar nada, porque son todo lo que soy, es con todo aquello que fracase y triunfe, y asi ha quedado mi armario.
He salido del armario con una nueva sonrisa.
Con la esperanza que me da el haberte conocido.
Con la risa que me has despertado al oirte.
Al verte.
Al darte la mano por primera vez.
A esa primera caricia entre los dos.
Al ver , como tras todo este tiempo, aun seguimos con ganas de saber el uno del otro.
A seguir sintiendo curiosidad.
Seguir con ganas.
Tener la casi certeza de la caida y aun asi no cambiar el destino de lo que se ha decidido por un miedo vano.
Seguir con sueños locos.
A seguir dando ese primer paso en cada nueva aventura.
A permitirme rendirme solo para seguir intentandolo.
Pero principalmente, he decidido salir del armario no solo, porque, tu que me estas leyendo, estas en un rincón de esa estantería.